María es un ser increíble. Tiene 78 años y vive en Mar del Plata... Con ella compartimos un sin fin de charlas y momentos por demás agradables.
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María nos hizo reir, emocionar y hasta llorar con su historia de vida, pero no llorar de tristeza, sino de admiración. Ella tropezó y se cayó muchas veces; confió y se desilucionó; creyó y fracasó... pero nunca dejó de aprender y de apostar por la vida.
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María es el ejemplo más claro de que nunca es tarde para volver a empezar. De que la vida debe vivirse con dignidad hasta el último día y que se puede todo lo que se quiere, pero que depende tan solo de nosotros...
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Querida amiga de la vida... sos como un angelito que se cruzó en nuestro camino. Gracias por regalarnos tu esencia. ¡Jorge y yo estamos felices de haberte conocido!
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